En épocas recientes se ha popularizado el hecho de tener mascotas inusuales y exóticas. A muchas personas no les basta con el tradicional perro o gato, los incansables trinos de un canario o algún otro animal menos complicado. Sólo esta razón puede explicar que la gente se decante por animales de compañía totalmente fuera de lo común. Y este es el caso de los camaleones.
Estos pequeños especialistas en el disfraz son originarios sobre todo de la zona sur del continente africano, más concretamente de Madagascar (donde es más común verlos) y Sudáfrica, aunque también pueden encontrarse en algunas en regiones de España como Andalucía y en zonas de Asia. Cómo han podido llegar a lugares tan dispersos es un completo misterio, aunque puede que el hombre haya tenido algo que ver.
¿Qué identifica a los camaleones?
Son reptiles y su estructura biológica básica es la de cualquier lagarto, pero ahí terminan las semejanzas. Una vez que hayamos visto un camaleón será imposible olvidarlo o confundirlo con otro animal. Su característica más peculiar es la capacidad de cambiar radicalmente los colores de su piel hasta extremos increíbles, lo mismo para confundirse con el medio circundante, o en el caso de los machos para impresionar a una hembra o a otro macho que entre a su territorio, lo cual suele generar una explosión de colores en la piel del camaleón y alguna que otra pelea. Otros rasgos que les distinguen son la estructura de los ojos en forma de torretas, con la capacidad para moverlos de manera independiente uno del otro y con ángulos de visión muy grandes, y también la forma de sus patas con dedos prensiles adaptados para trepar y cazar.
Las principales desventajas de tener un camaleón en casa
No son animales que gusten de interactuar con las personas o con otros animales. No toleran ser tocados o levantados: si lo hacemos se comportarán de forma agresiva y se defenderán, por lo que deberemos renunciar a ese aspecto si los tenemos como mascotas. Aman la privacidad y no les gusta ser molestados (son territoriales en extremo), por lo que su definición como animales de “compañía” se limitará a observarles en su espacio sin importunarles.
Son de pocos movimientos, pueden estar en la misma posición durante mucho tiempo, lo cual es un comportamiento natural en ellos. No comen demasiado pero son muy exigentes con su comida: tienen instintos cazadores muy fuertes y normalmente no aceptan comida si no son presas vivas (por lo general grillos u otros insectos, gusanos pequeños y hasta crías de ratones si el animal es adulto). Si tenemos algo en contra de darles presas vivas como alimento, mejor nos abstenemos de elegirlos como mascotas.
Necesitan condiciones de temperatura (entre 21 y 35ºC) y humedad (60 al 80 %) muy específicas y estables. Cualquier variación por encima o por debajo les puede afectar mucho.
Ya dijimos que son muy territoriales, por lo tanto no podremos dejar que dos machos compartan espacio (se pelearán hasta matarse), aunque sí podremos tener un macho y una o dos hembras. No habrá problemas.
Es obvio que con todos estos cuidados que requiere, necesitarás de tiempo suficiente para atenderle. No es una mascota que requiera pocos recursos, y esto también es una desventaja.
¿A pesar de todo, te has decidido?
En ese caso, te ofrecemos información que podrá serte muy útil para la adopción y mantenimiento de tu camaleón.
El hogar del camaleón
El espacio ideal es un terrario con medidas de, al menos, 50x50x90 cm, siempre más altos que anchos, pues son animales trepadores y rara vez bajarán al suelo. No debe tener paredes de cristal porque los camaleones necesitan mucha ventilación, aunque la pared frontal puede ser de cristal por una cuestión estética, mientras las tres restantes sean de alambre o malla fina cubierta de vinilo para evitar bordes ásperos que puedan dañarlos. Deberás instalar el terrario en un sitio tranquilo y ventilado, tal vez cerca de alguna ventana, pero que no reciba temperaturas frías.
Los camaleones en ambientes naturales beben gotas de rocío o de lluvia, por lo que un bebedero o fuente de agua no serán necesarios ni recomendables: no los usarán. Deberás instalarle una botella plástica sobre el terrario que les proporcione un goteo lento y regular sobre hojas o plantas. Esto les bastará.
Como son trepadores, deberás instalarles ramas gruesas o troncos de distinto tamaño y grosor, además de plantas con follaje preferentemente denso (si son naturales mejor) que le permitan esconderse. Cuida que no sean tóxicas, pues de vez en cuando morderán alguna hoja.
Para mantener la humedad recomendamos instalar un humidificador, aunque también podemos mantenerla usando un spray de agua al menos dos veces al día. También instalaremos un termómetro que nos indique la temperatura, la cual podemos aumentar o disminuir mediante la luz de tu sistema de iluminación.
Instalaremos tubos especiales de iluminación para reptiles, que encontraremos en las tiendas para mascotas. Los tubos estarán siempre ubicados fuera y en la parte superior de la jaula o terrario, donde el camaleón no los alcance pues puede provocarle graves quemaduras. La iluminación deberá mantenerse al menos diez horas al día para garantizar un ambiente cálido.
En el fondo pondremos sustrato preferentemente orgánico que sirva como agarre a las plantas del terrario. Alternativamente puede usarse papel de periódico, como opción más económica, pero se pierde mucho de la estética natural.
La limpieza del terrario se hará semanalmente.
¿Cómo lo alimentarás?
Esencialmente con una dieta a base de insectos vivos. Estos deben ser adquiridos en tiendas para mascotas o criaderos, para evitar que tengan algún resto de venenos o pesticidas. Estos insectos son normalmente pobres en calcio y fósforo, es recomendable alimentarlos con frutas o verduras un día o dos antes de darlos al camaleón, para suplir esta dificultad.
La comida preferida de los camaleones va desde grillos (sus favoritos sin duda) hasta cucarachas o gusanos, pero siempre pequeños para que puedan ser bien digeridos.
Por último...
Si sigues al pie de la letra estas indicaciones, la salud de tu mascota no se verá comprometida, pero no estará de más que le lleves regularmente al veterinario para que revise su estado general.
Debes tener presente que una vez adoptado, la salud y bienestar del camaleón corren por tu cuenta. No es una buena idea hacerlo para fanfarronear o presumir de una mascota extraña ante tus amistades, porque a la larga terminarás hastiado de las responsabilidades y cuidados que necesita. Asegúrate de tomar la decisión de manera consciente y a sabiendas que la vida de este extraño maestro del disfraz dependerá de tu amor y dedicación.